Desafíos para el Movimiento de Fútbol Callejero en Latinoamérica

Reflexiones para el III Congreso Latinoamericano de Futbol para el Desarrollo Social

1.- Articulación con el Estado:

El movimiento de fútbol callejero debe potenciar que las instituciones del Estado cumplan con sus funciones primordiales en relación con la niñez, adolescencia y juventud. En este sentido los Estados deben proveer espacios para la recreación, el arte, el deporte, además deben brindar adecuados servicios de educación, salud y promoción y defensa de los derechos humanos fundamentales. La instituciones pueden aportar recursos materiales y humanos que les permitan por medio de la articulación con las ONGs y las organizaciones comunitarias cumplir de una mejor forma sus objetivos sobre todo, las que se relacionan con la niñez y la juventud de los sectores más empobrecidos.

El papel de las instituciones estatales no pasa por la buena voluntad que puedan o no tener los funcionarios. Se trata de que las comunidades organizadas y las ONGs deben exigir el cumplimiento por parte del Estado de leyes y convenios internacionales que propician un desarrollo integral de la niñez y la juventud. Articulación no significa en ningún momento que la ONGs que utilizan el fútbol callejero como herramienta para el desarrollo social, deben cumplir funciones que le corresponden al Estado. El asunto es más bien facilitar que el Estado pueda cumplir sus objetivos de una forma más ágil.

Dentro del ámbito de la articulación con el Estado es fundamental que la metodología del fútbol callejero forme parte del currículo de la educación formal en la educación pública. Las habilidades sociales y de convivencia son fundamentales y el espacio del centro educativo es donde los niños, niñas y adolescentes comparten más tiempo. El aprender a resolver conflictos de forma no violenta, la integración, la capacidad de trabajar en equipo, el juego limpio, son fundamentales para construir una convivencia mucho más sana. La metodología del fútbol callejero permite que las personas aprendan a expresar sus sentimientos de forma asertiva, sin insultar a las otras personas pero defendiendo con firmeza sus posiciones.

En muchas comunidades latinoamericanas el único espacio público en que las personas se pueden encontrar y compartir son las instituciones educativas, por lo que es fundamental que las grupos que se dedican a la práctica del fútbol callejero pueden negociar el uso de estos espacios y apropiarse de ellos. Por otra parte el fútbol debería tener como propósitos fundamentales la lucha por una educación de calidad para todas las persona, contra las exclusiones y por la permanencia y la reinserción de los y las jóvenes en la Educación Formal. Las habilidades sociales y de convivencia que se desarrollan el fútbol callejero pueden facilitar en muchos aspectos el buen desempeño académico de los estudiantes por lo que para las instituciones educativas sería un buen complemento y algo que deberían apoyar.

2.- Promoción de la equidad de género:

La metodología del fútbol callejero debe potenciar la creación de una sociedad en que los hombres y las mujeres tengan de manera efectiva los mismos derechos y posibilidades. La idea fundamental construir esa sociedad más equitativa desde lo local, la cancha, la calle, el juego utilizando la mediación para que los niños, niñas y jóvenes aprendan formas alternativas de relacionarse entre los géneros. La promoción de la equidad de género debe ser un eje transversal de todos los proyectos que incluyan fútbol para el desarrollo social.

La metodología del fútbol callejero debe propiciar la construcción de masculinidades y feminidades alternativas, cuestionando los patrones hegemónicos dominantes para cada género.

3.- Promoción de la interculturalidad:

Las sociedades latinoamericanas tienen el privilegio de gozar de una gran diversidad cultural. La globalización neoliberal tiene una fuerte tendencia a homogenizar gustos, forma de vestir, de pensar. En nuestras sociedades latinoamericanas actuales conviven muchas culturas, nuestro reto es evidenciar por medio de nuestros proyectos esa diversidad mediante festivales, encuentros deportivos, etc.

La diversidad cultural debe verse como una riqueza y no como una amenaza, el otro, la otra nos enriquece con todo su acervo de costumbres, creencias, ritos, comidas, canciones, etc. Los encuentros de fútbol pueden ser la herramienta para el encuentro y reconocimiento de las culturas, así como un reforzamiento y reivindicación de las identidades y la defensa de los derechos humanos particulares como el caso de los migrantes de otros países, las poblaciones afrodescendientes y los pueblos originarios.

4.- Construcción de Ciudadanía, cultura de derechos y desarrollo local.

El reto más importante para el movimiento de fútbol callejero y el que debería ser su eje transversal es la construcción de ciudadanía desde lo local. La globalización bajo esquema neoliberal ha creado sociedades cada más excluyentes, con una fuerte destrucción del tejido social.

Los y las jóvenes de las comunidades latinoamericanas tienen el común denominador de no sentirse pertenecientes a nada. Viven en la mayoría de los casos con referentes vinculados a la sociedad de consumo, al que no tiene acceso la mayoría de la población. El fútbol callejero debe potenciar el desarrollo local realizando sus proyectos siempre con la articulación de las organizaciones locales, facilitando que participen en el desarrollo de los proyectos con capacidad de decisión. Se debe potenciar la creación de liderazgos juveniles, que desde sus particularidades y necesidades también se vinculen a la lucha por las necesidades comunitarias: salud, educación, agua potable, entre otras.

El fútbol debe propiciar una cultura de derechos, es decir debe potenciar la creación de personas que se asuman como sujetas de derechos, y que estén dispuestas a encontrar todos los mecanismos para su exigibilidad.

Marco Ballestero, educador y antropólogo
SEPROJOVEN